Volver a sentir eso. Es la magia de la vida. Y sus volteretas. Cómo a veces pasa antes el acto, que el sentimiento. Y no es la primera vez que me pasa esto. Ni la última. Y volver a verle, hace que recuerde ese día, esa noche. Que recuerde cómo la mente es capaz de desear e idealizar a una persona cuando no está presente en tu vida diaria. Y cuando, por alborotos cósmicos, nuestros planetas se alinean para pasar una tarde juntos por motivos totalmente distintos a los que a mí me gustaría, vuelve mi corazón a dar un concierto dentro de mi pecho. Y ahora miro atrás y me veo a mí seducida, seduciendo... Y consiguiendo lo que tanto anhelé. En sus brazos. Su olor, y el de su camisa. Y que ahora soy consciente de no haberlo exprimido del todo, no al menos como lo exprimiría si tuviese una máquina del tiempo. Mis mejillas rosadas. La magia de la noche, del alcohol, de lo prohibido, del "no deberíamos", de lo desconocido, de yo de alguna forma ya te conocía, del no se como pero siempre me has gustado...
Y cuando amanece, ver a tu lado a tu pequeño milagro personal. Y pasa el tiempo. Y el polvo cósmico nos vuelve a reunir pero no hay esa magia, solo realidad. Ahora decimos chorradas, nos reímos, aunque sigo ruborizándome, sigo sin aguantarte mucho la mirada (y eso me preocupa, porque no tienes los ojos azules, que podría ser una válida excusa).
Pero se que ya fue. Y nunca más será.
Siempre guardaré ese momento en ese rincón de mí que se titula "no olvidar nunca". Y la vida sigue. Y se que podría seguir de otra manera. Porque las líneas de nuestra vida se han cruzado, pero nunca entrelazado. Por mí, las anudaba. Y se que seguiré viéndote de vez en cuando durante mucho tiempo por, de nuevo, motivos distintos en los que mis sueños serían.
Se que me lo advirtieron.
Y lo sabía. Era consciente. Que me traería consecuencias. No muy agradables he de señalar. Pero no me arrepiento. No me gusta quedarme con la duda. Nunca. Y este maldito brote de sinceridad que me ha dado, que no se a que viene. Necesitaba expulsarlo. Mucho mejor.
Rayé el cielo con con la punta de mis dedos. Lo peor es esa sensación. Esta sensación.
La de saber con certeza que yo podría hacerte feliz.
Porque lo se.
Oh nena, precioso. No se porqué estoy en las mismas pero de otra forma diferente.
ResponderEliminarMe has hecho recordar cada momento de una noche hace nada, vaya, que cosas.
Tengo esa maldita certeza yo también, la maldigo.
MAGNÍFICA CÓMO SIEMPRE, pero ya sabes que cada vez de una forma diferente. :)
que bueno !
ResponderEliminarson las típicas situaciones en las que tu cabeza entra en debate con tu corazón ... lógica vs pasión ... razón vs sentimientos
y acaban venciendo los segundos !
un saludo :)
Pale Blue Eyes. No sé cuál es la razón de que no sean la excusa perfecto.
ResponderEliminarYo sigo aquí con mi cóctel de emociones y sentimientos de siempre.
;D
A ver si te veo algún dái de este verano!