Fragmento de mi entrada "Diario de tus instintos olvidados".

Y a solas, cada cuerpo compone su réquiem.Un llanto por la mitad perdida. Una lágrima por cada gota de sudor compartida. Una SONRISA por cada risa que inundó la partida.

El acto desesperado de amar lo que no tenemos. El acto desesperado de amar.
Amar desesperados ese acto.
Y desesperados sucumbir al amar.

(Fragmento de mi entrada "Diario de tus instintos olvidados".)

sábado, 19 de junio de 2010

Dementia is 7 seconds

¿Cómo un rostro puede hacerme pecar 7 veces cada uno de los 7 pecados capitales en tan solo 7 segundos?
Escribo con la mente totalmente en otro sitio.
Escribo aun con esos ojos clavados en los míos.

En la fila del supermercado. A tan solo 5 o 7 metros de la calle. Solo llevo un paquete de nata para la pasta de hoy. Tengo 6 o 7 personas delante. Me distraigo viendo a la gente pasar. Esa mujer, esos niños, ese hombre...
Y él. Con ellos. ESOS ojos. ESA mirada.

LA MIRADA MÁS BONITA del mundo


Apoyado en la puerta. Con un piti en la boca. Tenía uno de los rostros más bellos que he visto nunca. Aunque ha hecho que olvide todos los demás.

Tenía poco pelo, castaño claro, invadido de tempranas canas, muy fino. Veintimuchos, treinta quizás. Su nariz, larga, recta, perfecta. Algo respingona. Perfecta. La piel demasiado curtida, con demasiadas cicatrices y marcas. Los labios gruesos, carnosos, como si hubiesen vuelto de besar a alguien. Como si hubiesen pasado mucho tiempo sin besar a nadie. Las orejas grandes, finas también. La cara chupada, enmarcada por unos pómulos que descansaban debajo de unos enormes y delirantes ojos grises, que me hicieron dudar de la paleta de colores establecida, sentirme engañada ante el susodicho gris, quizás sus ojos inventan un nuevo color.EL color.

Se llevó el piti a la boca y dio una larga calada desviando la mirada al parking de los coches. En la otra mano llevaba las llaves de un Renault. Echó el humo lentamente por la boca. Los últimos restos, por la nariz. Volutas de humo bailaban alrededor de su cara intentando imitar sin éxito el color de su iris.

La fila avanzó un par de personas. Me moví automáticamente. En mi cabeza solo había una palabra:

dementia


Ahora estaba más cerca de él. Me hubiese quedado ahí por siglos, viéndole como consumía mierda cilíndrica en sus labios. Nunca fumar me pareció sexy, pero he de reconocer con la boca pequeña que le sentaba muy bien. Demasiado. Giró la cabeza y me hundí en un mar de plata.

"Los ojos azules están sobrevalorados"

[Siempre he pensado que unos ojos claros saben más de lo que es necesario, como si cuando mirasen a la gente fuesen capaces de ver más allá. Y no me gusta. Sin embargo, los oscuros siempre me han dado la impresión de que pueden ocultar más de lo necesario, como si cuando fuesen observados fueran capaces de disfrazarse en su propia oscuridad. Y me gusta.]

Pero SUS ojos grises no me dieron la sensación de saber nada más allá, ni los míos tratar de ocultar nada.

Y sentí envidia, pereza, gula, codicia, soberbia, ira y lujuria.

Cuando me miró me atrevesó dejándome en el más puro estado de inconsciencia, y deseé tener sus ojos... Deseé arrancarme los míos y ver la realidad con otro color. Ese color. Estoy convencida de que él ve el mundo de otra forma.

Envidia

Cuando me miró, cualquier cosa que urgía por hacer en hoy pasó a un segundo, tercer...séptimo plano. No quería hacer nada, ni siquiera avanzar en la fila para cobrar la nata.

pereza

Cuando me miró, me dieron ganas de comerme todo lo que había en ese supermercado, comer. Comer. Eran las 11 y algo, aun no había desayunado. Me gusta pensar que eran las 11:07.

Gula

Cuando me miró lo quise todo. Quise poseer todo lo ¿"poseíble"?. Quise tener el mundo entero y dárselo a él. Quería que pudiera pedirme cualquier cosa y yo dársela. Quería el mundo entero, para él.
Codicia

Cuando me miró me sentí soberbia, porque sus ojos se habían posado en los míos. Porque de todos los ojos que podía estar mirando, eran los míos. Soberbio.

Soberbia

Cuando me miró sentí ira, por todo. Por esto y por aquello. Por el puro placer de sentir la ira corroer mis sentidos. El poder. Destrozar, tirar todo al suelo, y hacer espacio, espacio para que esos ojos pudiesen ver lo inabarcable.
Ira

Cuando me miró sentí lujuria, por él. Por poseerle. Porque mi cuerpo quería acercarse a él, gastar nada más que 7 milisegundos en verlos más de cerca para corroborar su existencia verdadera y luego quitarle el piti para tirarlo lejos. Y que lo próximo que se consumiese en su boca fuese yo. Lo próximo que vistiese su piel fuese yo. Lo próximo que le hiciese gritar a las estrellas fuese yo.

Lujuria

[Acabé pagando la nata, nerviosa pasé a su lado al salir. Le miré, ahora recuerdo que con descaro, en el momento, como cualquier persona "un poco loca" habría hecho. Sin mi permiso, mis labios debieron hacer una mueca algo parecida a una Sonrisa, porque él me devolvió una de verdad, una de 7 segundos. Y ahora se que esos ojos me perseguirán durante mucho tiempo.]





3 comentarios:

  1. Pues sea como sea... felicidad pecadora momentánea.

    Dios...ayer me pasó algo parecido con unos ojos verdes. Ojos verdes, un verde que no volveré a ver y si lo veo... no recordaré que era ÉL.

    Cosas de la vida. Querida que bien te explicas, que bien todo, te superas a cada instante!

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  2. hola 0_0! como estas?
    warm greeting from gadget lover ^^!

    gracias!

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  3. J-O-D-E-R¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
    nena... increible, creeme... me ha hecho acercarme a la pantalla y leer cada frase 7 veces...
    que pasada, que real... que suerte joder¡¡¡
    es de tus mejores entradas, la mas original dede leugo =)

    jefa, con mayúsculas

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