No nos vemos a menudo.
No nos regalamos cosas por San Valentín.
No nos juramos fidelidad.
No somos novios.
No somos amigos.
No somos pareja.
No somos eso. Amantes me gusta más.
No me quitaré tu anillo, pero no quiero que lo grabes.
No nos llamamos a todas horas.
No desconfíamos, porque no eso supondría imperfecciones en la tercera línea.
No son nuestros labios nuestros, ni nuestros cuerpos, pero si las vísceras.
No somos normales, porque no podemos geográficamente hablando.
No nos entienden, aunque nosotros tampoco. Y nos da igual.
No somos infelices porque no estemos juntos, somos felices porque a ratos nos echamos de menos.
No estamos enamorados porque no podemos dejar de querernos.
No nos hemos dicho "no" nunca. A nada.
No podemos dejar de mirarnos entre las bocanadas de humo verde.
No vamos a sacrificar nada por esto, sal y diviértete con alguna zorra burgalesa cariño.
No vamos a dejar de ser libres, lo que supone libertad para usar dicha libertad, si queremos.
Y es ahí, haber llegado a ese punto, lo que me hace quererte.
Siempre se me viene a la cabeza la canción de Los Rodríguez cuando estamos juntos.
Supongo que es porque tu y yo...
"...iremos a un hotel, iremos a cenar, pero nunca iremos juntos al altar".
Que mono estás adormilado en el sofá, en cuanto publique, pienso despertarte.
Y si te apetece te puedes pasar por mi blog. Si, me he atrevido a empezar con uno. :)
ResponderEliminarEso es exactamente lo que tienes que hacer.
ResponderEliminarNo hagas ni seas nada que no quieras.
VIVA.