Queremos que nos dejes sentir el desgarro de lo inexplicable.
Que veamos como convierte el deseo al movimiento.
Queremos que soportes la lluvia vestido solo con su pasión, para después que te desnude sin compasión.
Queremos que escriba para nosotros la danza del deseo y hacer de tu cuerpo la fuente que su sed anhela. Hacer del suyo la extensión de tu pellejo.
Queremos ver como sus caderas son las riendas que no puedes controlar. Que muerdas cada redondez de su pecho mientras reconstruye cada malherida esquina del tuyo, donde tu espalda sea el paraíso de sus uñas. Que devores esas arrugas de su cuello que nunca verás envejecer. Queremos que funda el hielo que sostiene tus agarrotados músculos.
Queremos que sus manos sean cera para la chispa que bombea tu calor.
Queremos que te robe las llaves de esta cárcel donde un día decidiste desterrarnos, o que se caigan en la lucha por sus entrañas. Que tenses tus poderosas mandíbulas cuando nos quites las esposas.
Y su lengua será la batuta de la orquesta de gemidos que ensordece las paredes de esta prisión.
Dos cuerpos que se aplastan, hasta perder su gravedad, hasta convertirse en "un monstruo de dos espaldas". Que maravilla, que maravilla. Viven en el exceso de su nueva anatomía tu miembro y su alegría.
Queremos bailar el desgaste del deseo, para detenernos en el amanecer... Donde cada bailarín vuelve a su lado del escenario, donde cada cuerpo vuelve a su extensión única, donde el término único adquiere su matiz.
Y a solas, cada cuerpo compone su réquiem.
Un llanto por la mitad perdida.
Una lágrima por cada gota de sudor compartida.
Una SONRISA por cada risa que inundó la partida.
El acto desesperado de amar lo que no tenemos.
El acto desesperado de amar.
Amar desesperados ese acto.
Y desesperados sucumbir al amar.
No puedo decir otro adjetivo que no sea INCREIBLE. Te sigo, un beso :)
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