Y aquí estoy. Se me olvidó saludar. Supongo que antes o después me iba a dejar caer por estos aires de poetas online.
¿Por qué? Pues no lo sé, la verdad. Aput me lo dijo. Le comenté un día una de mis mil absurdas conclusiones mentales que tengo al día. Era sobre la hora de la ducha. Ya ves tú… Pero le gustó. Me dijo que me hiciese un blog. Me gustó que le gustase. Le hice caso.
Supongo que es porque escribo. En papel, en los bordes de los libros, con las llaves en el ascensor mientras subo en él, en los bancos, en las trasparencias donde se supone que debería anotar números, en el aire, en la sopa con grumos, en vuestros brazos cuando me pedís que os haga cosquillas… supongo que sí, que solo me faltaba esto.
Estoy convencida de que hacer mucho algo no es sinónimo de saber hacerlo bien, como claramente es mi caso, pero eso no importa ¿escribo bien? No lo creo. ¿Acaso importa? Dímelo tú. Esto puede ser una excusa más de las tropecientas que busco al día para no sentarme a estudiar, y se que va a ser mi perdición. Pero también puede no serlo, en ese caso también será mi perdición.
Escribir es una perdición.
Cuando escribo me pasa eso, me pierdo. Por mi mente. Por mi corazón. Mi mano hace el resto. Y acaso, ¿se puede decir si una mente piensa bien?, ¿si un corazón siente bien? ¿si una mano se mueve bien? Supongo que sí. Por eso a unos les dan el Nobel, y a otros no. Pero me da igual. No escribo bien. Pero pienso tantas cosas al día, seguramente como tú; atraviesan tantas cosas mi corazón a lo largo del día, firmaría que por el tuyo también y mi mano… lo hace lo mejor que sabe.
No quiero escribir bien, no quiero conjugar bien, no quiero poner acentos en todo, no quiero ser original, no quiero impresionar, solo quiero escribir. Quiero que todos mis primeros párrafos sean el último disfrazado. Que mis palabras sean depredadoras de vuestros corazones, mis presas. Que no leáis, que oigáis la música de que las palabras hacen. Que cuando vosotros escribáis lo hagáis de corazón, pues la correcciones que se hacen durante el proceso de creación a veces son excusas para no seguir disfrazadas de ganas de impresionar...
Una vez me dijeron que era una burra escribiendo, no hize caso. Otra vez me lo volvieron a decir, presté atención. A la tercera, me compré una montura.
Solo quiero dejar fluir mis pensamientos, como cuando le cuentas a un amigo un secreto que llevas mucho tiempo ocultando, te sientes liberado, el espíritu te pesa un poco menos. Eso es lo que yo quiero. Que mi espíritu pese un poco menos de mis pensamientos…
Quiero dejar hueco en él, para poder llenarlo de de los vuestros, y que pesen, que pesen mucho.
Hoy ha sido un día de casualidades, y me he dado cuenta de que hay cosas que crees que son males y a final son todo lo contrario. He encontrado mis apuntes de química, y por haberseme olvidado devolverr el libro de geo me he encontrado contigo en la biblio. El placer es mío por leerte. No sabía que fueses tan buena :D
ResponderEliminartu lo que eres es una preciosidad,como la vida!
ResponderEliminargracias por cruzarte en mi camino.