Fragmento de mi entrada "Diario de tus instintos olvidados".

Y a solas, cada cuerpo compone su réquiem.Un llanto por la mitad perdida. Una lágrima por cada gota de sudor compartida. Una SONRISA por cada risa que inundó la partida.

El acto desesperado de amar lo que no tenemos. El acto desesperado de amar.
Amar desesperados ese acto.
Y desesperados sucumbir al amar.

(Fragmento de mi entrada "Diario de tus instintos olvidados".)

viernes, 19 de febrero de 2010

ALMAS


Almas. No me voy a poner metafísica. No voy a entrar en discusión. Yo creo que tenemos alma. De hecho, insisto, LO CREO. Mira que no se muchas cosas, dudo, pero hay unas cuantas en esta vida que se, bueno intuyo, siento, porque yo saber saber no se nada, me guío por mis 5 sentidos, y por los otros 5 también, y me hacen sentir, intuir, que tienes alma. Tú. Todos. Me da igual que religión procesas, o si no sigues ninguna. Todos.

Y hace un par de días te leí. Pusiste dos palabras. Suficientes. Y desde entonces las tengo en la cabeza. Pensándolas. Gracias, aunque te parezca extraño.

Y me pregunto por ese alma gemela que dicen que tenemos. Pero, yo necesito, y no lo digo a priori de saber la respuesta, porque no la se, ¿qué es un alma gemela? Define con tus palabras. Me encanta eso de "define con tus palabras"

...

...

Y primeramente, quiero dejar claro que pensaba escribir esto desde mi punto de vista. Pero no. Lo voy hacer desde el mío. Desde el tuyo. Desde el de él. Voy a despistar para que no sepas que es lo que opino finalmente, hasta el final. Aunque, siempre se me acaba pillando. Aunque, al final, todos opinamos lo mismo.

Vale, me autorespondo...

...

...

... seguramente hablamos de lo mismo. Creo que el término es complementaria. Alma complementaria. Gemela me hace suponer que sería igual, igual que el otro alma en cuestión, pero ¿igual? ¿Hemos pensado la indiscriminación con la que usamos ese término? Y lo bueno, o lo malo, es que es un término transparente, es lo que significa, significa lo que es. Es de esas palabras que te dicen "defínemela", y aunque mentalmente trates de buscar una definición que no contenga ya en sí la palabra, inevitablemente me sale: " ¿Igual? Pues eso, que algo, que dos cosas son igu... digo, que son muy parecidas, que son tan perecidas que son...¡joder!" Y en "joder" no me sale un sinónimo. Un sinónimo que sea igual.

Dos almas gemelas, en sí, me indican dos cosas: que son iguales y que son dos. Con lo primero, es así, pero no estoy de acuerdo, creo... Me explico. ¿Iguales? Es bonito, sí. No puedo negarlo, llegar a ese punto en que dos personas se conocen así... Pero, que te conozca tanto, tanto que llegue un momento en que yo me preguntaría... ¿Dónde está ese margen de error que tanto me gusta? ¿Dónde está la improvisación? El mirar a esa persona, pasado un tiempo, y que tu creías que ya la conocías (suponiendo que se pueda llegar a conocer a alguien del todo, lo cual dudo también, yo soy más de pasarme una vida conociéndola), con admiración porque ha hecho algo que no te esperabas, que la otra persona cada día te sorprenda con algo, bueno o malo, discutir. Sonreír estupefacta, sorprendida. Echaría de menos discutir. Y no en el sentido estricto de la palabra, que yo soy de discutir cero, pero quiero decir, tonterías. Enfadarse. Reconciliarse. Diferencia. Atracción. Complementariedad. Entendimiento. Osease, que me tenga intrigada, hasta el final. Que no sepa las cosas. Que no esté segura de que es ella. Que lo sospeche. Que lo sienta. Que lo intuya. Que no lo sepa nunca. Nunca, hasta el final. Y al final, saberlo. Y que aun así, a pesar de la intuición, sorprenderme de nuevo. Laberinto de emociones.

Y se que lo que estás pensando, que todo eso lo pueden hacer las almas gemelas. Argh. Y me sacarías un superargumento, y yo te daría la razón, y te preguntarás por qué, porque es tuya, y eso me basta, con estas cosas no hay una verdad modelo. Cada uno tenemos nuestra verdad. ¿Verdad con Z? Y basta con que sea tu verdad. Y la mía, creo, insisto, es que lo de la palabra gemela no me gusta. Igual que no me gustaría tener una gemela. Más rizos en el cepillo por la mañana.


¡Ah! Se me olvidaba lo otro que me inspira, el "dos". Decir almas gemelas, hace que frunza el ceño. En el fondo, todo lo que he dicho hasta ahora me hace fruncir el ceño, de miedo. ¿Solo dos? eso da muchos problemas. ¿Y qué pasa si tu alma gemela ha nacido en otra ciudad? ¿En otro país? ¿Que pasaría? Siendo probabilística, más de la mitad de la gente no la conocería nunca. Que triste... La situación espaciotemporal. Bueno, del tiempo no voy hablar. Así que me centraré en el presente, que es lo único que me importa del tiempo. Voy a centrarme en el espacio. Y si tu alma gemela vive, yo que se, ¿Islandia? por poner un ejemplo realista... Que no está en tu entorno, vamos. Y no lo sabes, ¿cómo diablos quieres saberlo? No puedes. Olvídalo. Y como no lo sabemos suponemos, nos autoconvencermos insconscientemente, de que está aquí. me parece bien. Solo faltaba que nos rayásemos con eso. Ni hablar.

De hecho, si no está aquí, lo estará. O por contra, tu llegarás a estar es su "aquí". Si no estamos ya.

Seguimos. Así que ¿qué hacemos con la barrera del espacio? Destruirla, obviamente. Pero ¿cómo? ¿cómo haremos para encontrarnos con ella? ¿Buscándola? No. Vuelves a precipitarte. Dejando que aparezca. Que te encuentre. Que espontáneamente te encuentre. Aparecerá. Para eso es ESE alma, ¿no? Si de verdad es ese alma, pasará que a medida el tiempo sea más grande el espacio que os separa sea más pequeño, tu estás con cierta gente por afinidad, porque te encuentras a gusto con ellas, estás en unas movidas porque forman parte de tí, vas a ciertos sitios porque te llaman la atención, estudias una cosa, y no otra, porque es lo que te gusta, o al menos de lo que más te gusta, pues al final, necesariamente, los grupos se irán acercando. ESE alma también, vendrá sola, sin saberlo, se me ocurren mil ejemplos de cómo acabarían encontrándose, ninguno lo suficientemente suficiente como para ponerlo aquí. e ahí la solución para los que tengan a su alma gemela/complementaria lejos. Sonrían.

Acabarán por chocarse.

En el vagón de algún tren.

Asegúrate de llevar sugus de colores en los bolsillos. Me encantan los sugus.

Ahora, con los que la tienen acá. Lo más importante. ¿Qué pasa si crees que la has encontrado? Si estás convencido de ello. Pero ESE alma parece no haberse inmutado contigo. ¿Suponemos que se dará cuenta? Pero estamos convencidos de que es ella ¿Por qué cojones no me grita? Espera, no me ha visto. Ahora... Jumm. Todo sigue igual. ¿Qué hago? ¿Sufrir? Puede que sí. Sí. Es lo más probable. Porque si suponemos que solo hay una, y crees haberla encontrado, pero ella parece no haberse dado cuenta debe ser frustrante. De hecho, es muy frustrante. Pero, de verdad ¿qué hago? Lo mismo estoy equivocada, no te digo que no. Pero para eso está la intuición, la sospecha. Y yo me fio bastante de mí. Me conozco. Pero ¡joder! Si es mi gemela, dado que yo por tanto lo soy de ella, ella también debería percatarse, ¿no? ¿NO? Pero no lo hace. Entonces… ¿Estoy equivocada? ¿Es eso?

Sin embargo, tomemos el término complementaria. Me inspira dos cosas también: piezas de puzzle, indeterminación indeterminada. ¿Qué es algo coplementario? Algo que encaja, que sencillamente, suavemente, se desliza sin esfuerzo y encaja. Con lo que tenga que encajar, por supuesto. Tan sencillo como un puzzle. Hace mucho que no hago un puzzle, ahora que lo pienso. Este finde. Pero esta vez ese de 1500 piezas. El de la foto de un parque.

Sencillo. Un alma que llega a calmarte. Complementarte. Hacerte sentir que no estás solo, nunca lo estamos en realidad, míranos; que todo lo que te falta, ella lo tiene, aunque no lo sabe; lo que careces, lo pone; lo que fallas, te lo quiere; lo que dejas en blanco, ella lo pinta; donde tu pones un punto, ella añade dos más. No lo sabes. No sabes que es ella. Puedes sospecharlo. Miedo. Por supuesto. Es tu pieza de puzzle. Y no lo vas a saber. Hasta el final. Es lo malo de este término. ¿Eres paciente? Yo no, y eso no es bueno. Eso es lo que me gusta de lo complementario. Que al principio no encaja. Insisto, como la pieza, la miras y piensas, “azul, azul antipático =P, puede ser de una parte del cielo. Ah, pues no. Es del reflejo del cielo en el lago. Este puzzle del parque me está estresando.” ¿Y qué más da? No somos perfectos. Y eso me gusta. Pero al final te das cuenta de donde va la pieza. Al final acabará por encajar. Tal vez no donde tu pensabas, pero en algún sitio encajará. Me divierte. Definitely maybe.

¿Y si hay más de una? Una pieza que también encaje en ese cacho de lago. Que la pongas, y quede bien, que ni siquiera de des cuenta de que exactamente ese no es su lugar, de que exactamente no sea el mismo tono de azul, pero podrías serlo ¿por qué no? Y la pones. Y sigues tu vida. Sigues acabando el puzzle. Y se lo enseñas a tus amigos, a tus padres, lo que te ha costado acabarlo, pero finalmente lo bien que queda.

Y es justo ahí. En ese momento. Alguien, o tú, te das cuenta de que esa pieza no va ahí. Mierda. Bueno que más da, por miedo a que se rompa el resto de puzzle, a tener que volver a cambiar ciertas cosas lo dejo así, total… en la caja no se nota. O… Un segundo. Me he equivocado. Te sientas, y encuentras ese azul antipático que va ahí, el reflejo del cielo en el lago y lo pones en su sitio. El otro no era el suyo. Otra tarde perdida cambiando el puzzle. Otro "x" tiempo perdido con un alma no complementaria. Pensaréis. Error. Nunca un alma es un error. Es una lección. Aprender, me encanta aprender de la gente, de sus almas. Y no importa que no sea ella, ya te diré por qué. Aunque a otros si puede importarles. Por miedo. Total, en la caja no se ve. Sí, si se ve. Se ve la cobardía. Siéntate y cámbiala. Haz que todas las piezas encajen. Prefiero tirarme toda la vida haciendo el puto puzzle, que hacerlo deprisa y corriendo, porque no pienso guardarlo en la caja. Bajo el cielo. Respirar. Vivir. Sin prisas, sin pausas.

Respecto al sexo. ¿Tiene que ser tu opuesto? Lo complementario no tiene porque ser lo opuesto. Nota mental. Y esto lo enlazo con otra cuestión, ¿lo vamos amar? Amar, sí. En ese sentido. Sin ser metafórica. Quiero decir, ¿Tengo opción? ¿Las almas así tienes opción a no enamorarse? ¿Y un gay? Me preguntas. Su alma complementaria debería ser como él. ¿Lo es? ¿Y la tuya? Es ahí por eso del número. Y del género. ¿Entiendes?

Pero mira, yo creo que no. Bueno, o que sí. Que no tiene porque ser tu opuesto, tal vez tu alma complementaria sea un chico, o una chica, no importa tu sexo, ni tu sexualidad, porque las almas no tienen sexo, ¿recuerdas? Y por eso de que no tienen sexo, aunque sus si sus portadores, eso a ellas les da igual, ellas solo quieren complementarse. Por tanto, supongo que sí, que tu alma gemela -¿he dicho gemela?-, puede ser una amiga mía, o un amigo tuyo, la chica del metro, el chico de por las mañanas del bus, él , ella, tú, yo... Nunca lo vamos a saber. Hasta el final.

Aput, espero que te esté gustando, a todo esto.

Por tanto, podemos amarlos, o no. Entonces los gays, también tienen alma complementaria, claro que sí. ¿Quién lo ha dudado? Porque por mucho que la sociedad hoy en día parezca indicar lo contrario, no todo en esta vida se basa en el sexo. Y suponiendo que sea del sexo opuesto, supongo que no habría por qué amarla, simplemente puedes ser su compañero de viaje, tal vez, por mucho que la desee sepa que es mejor no meterse ahí. ¿Miedo de nuevo? Que sepa que es mi alma complementaria, lo se, pero ella puede amar a otra persona, no tenemos porque amar a nuestra pieza de puzzle en ese sentido, por mucho que Disney diga lo contrario, no tenemos por qué… A veces el corazón tiene cosas que la razón no entiende. Y menos mal. Tal vez yo la quiera conmigo, en ese sentido, tal vez ella a mí no, en ese sentido, tal vez ella ame a otra alma, simplemente por otras razones. Nadie dijo que nuestro destino sea nuestra alma gemela -¿Me ha salido otra vez? ¿He dicho destino? Podría usar la tecla de borrar-, nadie lo dijo, así que tenemos opción de elegir, y eso me gusta.

Otra alma por tanto puede complementarte, aunque yo sepa cual es la pieza que lleva el azul antipático concreto del reflejo del lago, de mi lago, otra puede encajar. Y hacernos igual de felices. De hecho, si miras a tu alrededor, yo lo hago, y veo a las parejas que me rodean, mis amigos, mis tíos, mis padres, incluso a mí, con las almas que en su momento y en su lugar me hicieron felices a mí, en ese sentido, los miro y me pregunto si ellos son las piezas complementarias, o si por el contrario están con el primero que pasó, por miedo, si están porque se aman, a pesar de no serlo, quizás lo sean y no lo saben. Quizás lo creen y no lo son. Es todo tan tragicómico. Ambiguo, Incierto.

¿Ves lo qué te decía? No se nada.

Pero en la mayoría de los casos, si están juntos será por qué son felices, porque nunca se cuestionaron esto, tal vez esa sea la clave, a veces saber estas cosas te hace más infeliz, porque sabes que la mayoría de los que te rodean todos los días en el autobús no gastan ese tiempo en el autobús en pensar cosas como éstas. Loca. Bendita ignorancia. Bendición y maldición a la vez. Si y no. Blanco y negro. Complementariedad.

Aunque, siendo lógicos, ¿Cómo no vas amarla? ¿Cómo no la vas a desearle al menos? ¿Cómo no vas a desear a alguien que te complementa de esa manera? ¿A alguien que de repente un día apareció, la ves pasar y dices…? ¿Qué dices? Maldita sea. No puedes elegirlo. Estas cosas no se eligen. Ojalá. Nos ahorraríamos muchos dolores de cabeza. Pero creo recordar que he dicho que me gusta el error y la improvisación ¿no? Pues supongo que también me gustan los dolores de cabeza. No me malinterpretes. No soy masoquista. Pero me gusta la vida. Tal y como es. Con sus luces y sus sombras. Complementariedad. Al final me gusta no saber anda. Saberlo al final. Supongo que son muchos factores. Cada uno los suyos, todos válidos.

Pero lo importante, al menos para mí, es que quería decirlo.

Que si. Y que no. Grítame. Que no tiene porque ser de tu sexo opuesto, que por ello no vas a ser menos feliz con quién estés, que puede ser de tu mismo sexo y no amarla, porque si, porque no lo sientas, porque te hace feliz otro tipo de alma. Eso si, no te alejes mucho de la otra. Que puedes amarla, y ser correspondido, no hay que tener miedo, si es ella, no hay miedo, grítaselo. “So special”. Y ser muy feliz. Muy mucho, o no ser correspondida, que es lo normal, indeterminación indeterminada, y sufrir, al principio, pero darte cuenta de esto, tienes que llegar a entenderlo, asumirlo, puedes estar sin él, sin ella, en ese sentido.

Jummm, I´m loading. Y ser feliz con otros, ¿No lo has hecho antes? Pues eso. Aunque se que jode. Lo se. Maldita sea. Pero no hay que alejarse. Mirarla, de reojo. Siempre que puedas. Siempre que no me haga daño… Se me ha caido algo, que no roto. Dentro de mí. Grita. I´m not affraid. You neither.

Y este es el final. Podría seguir. Pero no quiero. Creo que por hoy ya me he labrado una bonita lápida donde pone "Loca". Que va. Esto no ha hecho más que comenzar. A gritos. A susurros. Que el final está muy lejos, y menos mal. Quiero seguir sin saber la respuesta, sin saber la verdad, solo tu verdad. Que no es la Verdad. Porque en estas cosas no la hay. Y en casi nada, la verdad. Quiero seguir haciendo mi puzzle, toda la vida, mirar a las piezas, sospechar que tu encajas. Mirar de reojo. Sospechar, sentir. Gritar.

¿Lo ves? Hablábamos de lo mismo.

Gemelas (con G de genios, o de gilipollas).

Complementarias (con C de capullos, o de cojonudos) .

Lo mismo. Diferentes. Joder. Iguales.

A.l.m.a.s

2 comentarios:

  1. G U A U!

    quién será el nota que te ha hecho que
    te hagas esta gran reflexión de las almas gemelas!

    yo en las almas gemalas,hoy en día,no
    creo que existen

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  2. Sabía que te iba a gustar más que escibiese a que te dejase un comentario ingenioso.
    ;D
    Hablemos pues en celular.

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