-Te he echado mucho de menos...
-Lo sé. Por eso me abrazas tan fuerte. Me haces daño.
-Es para que no te vuelvas a escapar.
-Sabes que lo volveré a hacer. No soporto la sensación de las ataduras.
-Yo no soporto que te vayas.
-También lo sé. Pero si no me fuese, luego no me abrazarías tan fuerte.
Al final, acababa marchándome siempre. Al principio, volvía. Entre medias, supe que llegaría el momento cuando dejaría de hacerlo. Ahora, no voy a volver. Tu cocina es la única que aun tiene restos de susurros, goterones de risas y manchas de complicidad. Ni tu no yo vamos a limpiarlo.
Ouch. No se porqué duele un poco.
ResponderEliminarNo limpies recuerdos bonitos y tampoco los no tan bonitos. Porque la tristeza o nostalgia no existiria si no hubiera tiempos felices. :)