Nunca lo había leído, y no fuiste el primero en sorprenderte, pero si el último. No serás el último al que se lo pida, pero si el primero que me ha hecho leerlo, y digo un gran "al fin". Me gusta el momento en el que lo he leído. Y la edad. Ahora me alegro de no leerlo de pequeña. No lo hubiese entendido, quizás ahora tampoco, me corrijo, no lo habría sentido. Tal vez, como dice el autor, no sea un libro para niños, básicamente porque:
"Un niño sabe lo que busca. Tiene suerte."
No para niños, si no para los que lo han sido y aun se acuerdan.
Tan sencillo como decirme: "¿Qué no lo has leído?".
Tan sencillo como prestármelo en el pasillo con una Sonrisa. Tan sencillo.
=D
Gracias Zeta::
Lo primero que me gustó fue el libro en sí, físicamente. No me sorprendió nada, viniendo de ti, su apariencia, te pega mucho tu propio "El Principito".
Quizás, si me lo hubieses dado totalmente impoluto hubiese fruncido el entrecejo mental.
Antiguo, envejecido, por el uso, por la de miradas que se han deslizado, por la de pensamientos que ha inventado, por la de sabiduría materializada, por la de sonrisas robadas y suspiros atrapados. Por la de grafito zetado que descansa bajo tus líneas más bonitas. Tan sencillo y delicado. Como un árbol bello, anciano y sabio, color sepia, que le caen las hojas.
Aunque éstas siempre pueden servir como marcapáginas, ¿no?
Me quedé dormida en la cafetería entre papeles de bioquímica porque últimamente siempre tengo sueño. Desperté con la marca del borde de la mesa en el pecho y de mis nudillos en la mandíbula. Me fui a geo a estudiar. Pero, al sacar los apuntes, mi mano sacó el libro. Fruncí el entrecejo mental. No debería. Ni fruncirlo, ni leerlo en ese momento. Pero, hay tanto que "no debería"...
A los pocos segundos pensé en dejarlo.
A los pocos minutos pensé que un poco más y ya.
A la hora ya era suya.
Levanté la mirada. Y las que mi miraron en esa sala, no eran las que estaban cuando empecé. Sonreí satisfecha. Era justo lo que esperaba, "una gran metáfora en forma de cuentos para niños". Para la vida.
Si, definitivamente, me gustó mucho.
Un argumento locamente atrapador. Una moraleja para cada cual. Un propósito común. Pensamientos selectivos. Unas sonrisas que son generales.
Y he estado pensando en la historia. Como sanamente acostumbro, a pensar. Y se que no voy a sacar una opinión que pueda materializar bien aquí; es como si yo misma me hubiese robado el diario (ese que nunca logro hacer...) a mí misma.
Es como si entendiese lo que pasa cuando se me avería el avión. Miles de tuercas que recuerdan lo que una vez no fueron para ser.
Es como si paseara por mi mente, la del desierto, ese que es tan bello porque esconde un pozo en cualquier parte. Porque a mí también se me estropea y me quedo perdida en las dunas de mi desierto pasando sed, solo con mi compañía que no es poca, es suficiente, y alguien más, supongo que la conciencia, supongo que por un Principito.
Como pasear por mi mente, quizás suela aprovechar mis evasiones con una migración de pájaros silvestres. Siempre he pensado que las mentes humanas son complicadas, pero eso se dice de esas cosas que no entendemos, pero no, creo que es sencillamente que no sabemos disfrutar de estar sentados en la arena, tan solo buscamos pozos y pozos. Es mejor tropezarse con los ellos, no buscarlos, como en la vida real, ¿me explico?.
Y mientras buscas tropezarte, disfrutar de unas 43 puestas de Sol.
"Es verdad, siempre he amado el desierto. Puede uno sentarse sobre un medano de la arena. No se ve nada. No se oye nada. Y, sin embargo, algo resplandece en el silencio."
Como en las mentes. Ellas no te hablan, pero te resplandecen. A mí las mentes me deslumbran. Como las miradas. No todas, no todos los desiertos son iguales ¿no?. Cualquier mente tiene derecho a ser visitada, a primera vista todos los desiertos son parecidos, pero supongo que no todas me gustan porque no todas tienen los mismos pozos, los mismos pensamientos.
¿Y qué harías tu con una mente? Espera, ¿acaso puedes tener una mente?
¿Y una estrella? "No, las estrellas no te necesitan". Pero entonces, por esa regla de tres, si podrías tener una persona ¿no? Os necesito y vosotros a mí. Acaso, ¿nos pertenecemos? Necesidad colectiva. Lazos internos.
Como mucho la podrás domesticar, porque yo lo único que quiero poseer en esta vida son colecciones enormes de sonrisas. Mis estrellas personales.
No voy a renunciar a esta pregunta:
"-¿Qué es domesticar?
-Es algo demasiado olvidado.-Dijo el zorro- Es crear lazos."
Pero aunque parezca que me identifico con el "piloto extraviado", en el fondo también soy algo principita, todos. Yo también vengo de un planeta muy pequeño, de esos que tiene muchas dunas. Y pozos creo que unos cuantos también. Y 7 volcanes, 2 están callados y 1 de ellos está lleno de la lava y suspiros.
No hay reyes, yo no tengo dueño, para los reyes todos son súbditos.
Y no hay vanidosos, para ellos todos son admiradores.
Tampoco ebrios. Que beben para olvidar, olvidar la vergüenza, la vergüenza del beber.
Aunque faroleros sí, muchos, son muy importantes, ellos lo saben, que cuidan que no se apague mi lamparita, pues "es importante proteger a las lámparas, una corriente de aire podría apagarlas". Que oficio tan bonito y útil.
Qué lindo es ocupaficiarse de algo ajeno a nosotros. Pero es útil porque es bonito, y no viceversa.
Ni personas de negocios que solo saber estar ocupadas. Pero si muchos sabios. Y muchísimo exploradores, yo la primera. Aunque sea pequeño. Y zorros, y corderos, y rosas... Pero siempre se me cuela algo de lo que no tengo, y siempre desatiendo de lo mucho que tengo, y siempre hay uno de cada imprescindible. Mientras no los olvides.
Los jardines son muy bonitos y grandes, pero siempre tienes tu flor favorita de cada, y en algún momento, hay una flor que resplandece por encima de las demás.
Aunque a veces las flores sean tan contradictorias.
Aunque a veces haya que aguantar 2 o 3 orugas para disfrutar de un mariposa.
Y en mi planeta si que apunto lo efímero, por eso no tengo geólogos, me gustan las cosas que corren el riesgo de extinguirse.
Pero sobre todo es ser explorador. y llevarte contigo zorros, corderos y una flor en la cabeza. Y sabios, y todo lo que quieras. Llevármelos al otro lado del planeta y sentarnos a ver las estrellas, que por suerte o por desgracia no son iguales para todos... Las lentes que se dice.
Para uno, las estrellas son guías. Para otros, problemas. Para otros, oro que cuantificar. Para otros, simples lucecitas. Pero aquí, por estos desiertos, aprenderemos a ver que la estrellas sonríen, El Principito ya lo dijo, y como no sabemos en cual está, disfrutaremos viendo como sonríen todas.
Y no sentir tristeza por lazos, por estrellas, por corderos... porque ganamos por el color del trigo.
E invertir tiempo en saber si en su estrella, el cordero se comió a la vanidosa rosa.
¡Y ninguna persona mayor comprenderá jamás que tenga tanta importancia!
P.D: Sigue el caminito de palabras sepia...