Y te di el olor, de todas mis dalias y nardos en flor..
Y te di el tesoro, de las hondas minas de mis sueños de oro...
Y te di de la libélula la miel, del panal moreno que finge mi piel…
¡ Y todo te di ¡
como una fuente generosa y viva…
para tu alma fui.
Y tú, dios de piedra,
entre cuyas manos , ni la yedra medra…Y tú, dios de hierro, ante cuyos ojos velé como un perro…
...desdeñaste el olor, la miel y el oro.
Y ahora retornas, libélula sin color, como un mendigo de amor. A buscar las dalias, a beber la miel, a implorar el oro...
A pedir de nuevo, todo aquel tesoro…
directamente...no va!
ResponderEliminarsolo te digo que seis horas!
ah! tu texto fabuloso!
te superas con cada entrada...
siempre se da se da se da
y se recibe un fucking mojón!
pero mira que me encantas eh!
ResponderEliminartoucheé
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